Colocar un tramo de escaleras, poner una barandilla o construir una rampa. No siempre son maneras de solventar una barrera arquitectónica.
Disponer de un servicio de traslado, tampoco es solventar una barrera arquitectónica.
Quitar una barrera arquitectónica supone que toda persona, dando igual su condición física, pueda moverse libremente por el espacio, sin necesidad de tener que acudir a alguien para solicitar ayuda.

Increíble. Precioso. De ensueño. Pero lleno de barreras.
Siendo sincera diré que este tema era algo que yo no entendía muy bien, nunca me preocupó, ni me percaté de el sinceramente, pero ahora, esto se ha convertido en mi día a día y creo que tras meses mal apoyándome en paredes, es momento de hablarlo. Si por algún casual algún responsable del hotel, llegara a leer mis palabras, que sepa que van desde el más absoluto respeto, y ojalá me lean y cambien. Porque el Hotel es sencillamente maravilloso.
Te cuento, la pasada Semana Santa, estuve en este increíble hotel, el Teneguía Princess, ubicado en la maravillosa Isla de la Palma, cuyo único gran defecto eran la inmensa cantidad de barreras arquitectónicas. Para ir desde la habitación a la zona de piscinas, habían habilitadas varias escaleras y rampas con unas condiciones un tanto complejas. Suelo de piedra, un desnivel enorme, barandillas que quemaban, en conclusión una pesadilla para personas con dificultades de movilidad. La solución. Unos carritos tipo los de golf, que te llevaban a donde tú quisieras.
Esto es una alternativa, muy mona y divertida, pero de ningún modo es una solución a la barrera. Yo, como persona con dificultades, tengo que depender de que el personal de mantenimiento esté disponible para que me transporte en un carrito, cuya seguridad es cuestionable, para poder ir a tomar el sol. Creo sinceramente que el poner los carritos esconde una buena intención, pero deberían de habilitar otro tipo de accesos, porque incluso para acceder a mi habitación situada en la segunda planta debía subir escaleras. Y yo, no tengo porque irme a una primera planta y perderme las maravillosas vistas, porque tú como complejo no me facilites un buen acceso. Porque no es justo.

Las barreras arquitectónicas son un obstáculo para el desarrollo de la vida de una persona con dificultades motoras, creo desde mi experiencia, que establecimientos como este, destinados al disfrute, y bueno todo establecimiento en general, debería disponer de soluciones, porque no todo el mundo tiene alrededor a personas dispuestas a tenderte su brazo para juntos derribar la barrera.
Gracias