No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Esta frase ha sido repetida en numerosas películas, series y quizá en tu vida, hasta El Mundo tiene un artículo similar muy interesante, «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy». Pues bien, hazle caso. No des de lado la frase. Es una frase que tiene mucha razón, porque si hoy puedes y quieres hacer algo, para qué esperar. Yo esperé. Y no lo recomiendo.

El sábado 12 de febrero se celebraba la gala de entrega de premios de los Goya 2022, los premios del cine español. Este año la gala tuvo lugar en Valencia, en el Palau de Les Arts, los ganadores están en mi anterior artículo, y por ese motivo está habilitada la exposición de ‘Berlanguiano. Luis García Berlanga (1921-2021)’ desde el 8 de febrero al 12 de junio 2022.

La exposición ya ha pasado por Madrid y Sevilla, donde el público ha respondido muy bien.

Cuando fui a Madrid ha hacer la prueba práctica de la RESAD, pasaron muchas cosas de las que ya os hablaré, y entre esas cosas pasó que me vi sentada en un banco enfrente del edificio donde estaba la exposición de Berlanga.

No conozco mucho la obra de este cineasta valenciano, al que la Academia del Cine homenajea en esta exposición. Pero me apetecía mucho ver las fotografías, los guiones, el material, los carteles…

Pues bien, mis padres y yo llegamos a la puerta. Estaba cerrada. Toqué. Toqué la inmensa puerta de madera y justo salió un hombre que me dijo que abrían en una media hora o algo menos, no me acuerdo. Mis padres no estaban muy por la labor de esperar. Hacía muy mal tiempo. Estaba a punto de llover. Y yo, como tampoco quería ser pesada, acepté la idea de visitar la exposición al día siguiente.

Bien. Estamos en febrero de 2022 y yo aún no he podido disfrutar de la exposición. La tenía ahí, solo tendría que haber defendido más mi opinión y hubiéramos esperado. Pero no. Dejé pasar mi oportunidad, y ahora nunca sé si podré ver la exposición. 

La exposición en si me da igual, no tengo trauma ni nada. Pero me molesta no haber defendido mis intereses y pensar en el futuro en lugar de apostar por el presente. El presente, el aquí y ahora es lo único certero de la vida. Esto a mí me ha costado bastante asimilarlo, pero creo que lo he logrado. Y ahora, después de todo, valoro mucho más cada momento. Intento disfrutar de cada instante al máximo, porque quién sabe lo que pasará mañana.

Mañana es una incertidumbre en si, nadie puede asegurar que el sol saldrá mañana. Ni siquiera Annie puede. Con esto no pretendo ser pesimista ni mucho menos. No me voy a dormir con la incertidumbre de si mañana se acabará el mundo. Hago planes a largo plazo, no son malos. Pero cuando se nos planta enfrente de las narices hacer algo que queremos, lo mejor es no dejarlo pasar.

Básicamente escribo esto para convencerme a mí misma de seguir el consejo, y para animar a todo el que lo lea a seguirlo, y a quitarle peso de encima al futuro. Porque el futuro vendrá, no hagamos que se adelante. Las cosas tienen su tiempo y lo mejor es respetarlo. Aprovechar lo que tenemos y no poner todas las energías en lo que tendremos. Yo me pasé todo un verano pensando en una vida que al final no he podido vivir. Y mientras pensaba en esa vida descuidaba la que tenía. Ahora soy consciente del tremendo error que cometí al intentar hacer que el futuro marcara mi presente. El presente marca el presente y el futuro ya se verá. No tengamos prisa y vivamos.
Hasta aquí el artículo de hoy, espero que te haya gustado y te haya hecho reflexionar un poco.

Si has llegado hasta aquí gracias.

Hablamos en el próximo artículo.

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